LOCURA Y CREATIVIDAD EN LA SOCIEDAD

 

Maribel GOMEZ SANJUÁN

San Sebastián.

 

“En cuanto a la enfermedad: ¿no nos sentimos tentados a pensar si podríamos arreglárnoslas sin ella?.

F. Nietzsche.

 

 

NOTAS HISTORICAS SOBRE EL CONCEPTO DE LOCURA

 

Cuando leo, escucho o converso sobre la concepción de la locura, la salud mental o los trastornos de la mente, me pregunto desde que parámetros actúo y creo en estos conceptos; pues lo que si es indudable es que los utilizo y pienso en ellos con cierta frecuencia. Este es por tanto el motivo de las siguientes reflexiones, he tomado unos instantes para detenerme en la consideración sobre la locura, algo que en los últimos años, a mi entender, se realiza poco en los entornos profesionales de la psicología y la psicoterapia, dando por asentados los conceptos de definición y clasificación propuestos por los modelos psiquiátricos actuales.

 

Hasta el siglo XX, y aun en nuestros días quedan reminiscencias, de la consideración de la locura como un fenómeno extranatural, tal que, una piedra en la cabeza, un pecado, un encantamiento, un delito o un vicio. En casi todas las civilizaciones y durante gran parte de la historia de la humanidad , a los trastornos psíquicos se les ha considerado una condena, a los enfermos culpables y, a los que les atienden inquisidores con la misión de librar a la sociedad del mal.

 

Sin embargo, es Hipócrates (460-377 a.C.) quien ya señala el origen natural de los trastornos mentales, al considerar que toda enfermedad tiene su origen en el desequilibrio de los cuatro humores corporales: sangre, bilis negra, bilis amarilla y flema; y hace la primera clasificación psicológica de los temperamentos: colérico, sanguíneo, melancólico o flemático. Y hasta el final de la época grecorromana perduró su clasificación de los trastornos como: manía, melancolía y frenitis.

 

Es a finales del siglo XIX y principios del XX que se inicia el estudio científico de la locura. Kraepelin (1856-1926) inicia una cartografía de la psicopatología. Freud (1856-1939) crea la teoría psicoanalítica y esclarece el inconsciente. Jaspers ( 1883-1969) da forma al acercamiento de la enfermedad mental desde el punto de vista de las ciencias positivas y de la razón.

 

A partir de la explicación científica, la locura supone un déficit, un deterioro, un trastorno o un desequilibrio de las facultades y funciones mentales que permiten que una persona resuelva sus problemas, tome iniciativas, se relacione con otras personas y perciba y reflexione sobre todo esto para realizar una toma de conciencia. Estos son, pues, algunos de los gradientes de los dos polos entre la insania, que en la actualidad tendemos a denominar enfermedad mental, y su opuesto la salud mental.

 

Aunque, también, podemos considerar la locura como un fallo de la construcción simbólica. La persona no alcanza a construir el modo de subjetividad que prevalece en un momento histórico-cultural determinado, en el que ha nacido. Esto puede ocurrir por un contexto hostil que produce un aplastamiento simbólico (autismo), una construcción subjetiva que no tiene cabida en un contexto determinado y lo aliena (psicosis) y una construcción simbólica que constituye un peligro para un modo de “ser” histórico social determinado que lo aísla (loco en general, sociopatía, neurosis). Ahora bien, la persona sigue teniendo su capacidad simbólica intacta desde el nacimiento.

 

 

LOCURA Y CREATIVIDAD

 

Desde estas premisas, bajo que patrones decidimos donde comienza la “locura” y se diferencia de la “normalidad”. Cómo pueden coexistir diferentes subjetividades con espacios comunes y diferentes. Es posible que en estas consideraciones se encuentren la locura y la creatividad. Ambos conceptos son creaciones de los procesos de comunicación , pues a través de ellos transmitimos información que crea situaciones de vida y las dotan de sentido. Es pues nuestra responsabilidad la recreación de unos conceptos u otros; así pues, desarrollamos clasificaciones sobre enfermedades, diagnósticos, patologías, etc.; o por otro lado, consideramos las expresiones de desequilibrio personal como manifestaciones de un proceso de cambio personal que tratan de dar un sentido nuevo a la vida de la persona.

 

Entre la razón y la sinrazón, el sentido y el sinsentido, entre locos y cuerdos, podemos vislumbrar una rendija que tal vez desemboque en la creatividad. Potencial que escapa a las razones, a los dioses, a los sentidos inmediatos y que en cada momento histórico se impone como guía del ser. El concepto de creatividad entra en la cultura europea en el siglo XVII, referido al mundo del arte, si bien es la esencia del hacer artístico, por excelencia es lo que subyace al hecho de vivir, y en nuestro entorno cercano se nombra a partir de ese siglo, ya que hasta ese momento la creatividad fue considerada como una expresión de los dioses, de las musas y por último, de la locura, relación que en estos tiempos sostienen incluso algunos profesionales de la salud.

 

En el ámbito de la psicología, para Winnicot, la creatividad es lo que hace que la persona sienta que la vida vale la pena ser vivida, es la apercepción creadora, la motivación a innovar. Por el contrario la relación con la realidad exterior es de acatamiento, el mundo es algo que hay que encajar e implica un sentimiento de inutilidad y se puede reconocer que la mayor parte del tiempo se vive de manera no creadora.

 

Esto conduce a una paradoja que es la de que la sociedad que dice querer curar es la que ayuda a enfermar. Hasta el medioevo la creencia religiosa explicaba la locura, y desde entonces es el conocimiento científico el que la explica, ambos tratan de restablecer la cordura, sin considerar si las manifestaciones de la locura son creaciones necesarias en un contexto determinado, para el que tienen sentido, y son una razón de ser y estar. En la psicoterapia gestalt se considera que el método es creativo y que se desarrolla la creatividad de los pacientes. Estas características asumidas de forma incondicional por los terapeutas, necesitan ser llevadas hasta la consideración social de la relación persona y medioambiente en el que aquella se exprese.

 

 

CONSIDERACIONES DESDE LA PSICOTERAPIA

 

Cuál es el objetivo que se plantea el terapeuta al abordar la relación con un paciente, que se adapte al mundo exterior, o que realice su creatividad y exprese su potencial de ser. Porque vivimos en un momento social en que el conocimiento científico se ha convertido en creencia y tiende a la adaptabilidad, la psicoterapia puede ser el camino que ayude a pensar desde afuera, para que el complejo sintomático no cristalice en “enfermo”. El terapeuta, como alguien de afuera puede proveer lo que el sistema mismo es incapaz de generar: un cambio de sus propias reglas.

 

La subjetividad es el producto de factores personales biológicos y de cómo se “jugó” el medio ambiente, como se relacionó en el lugar que tuvo el ser que se incorporaba al mundo. Los humanos necesitamos expresar la subjetividad mediante la capacidad creadora, que es un universal, que es un juego constante de muerte y resurrección, y que se asienta en las raíces de la supervivencia en la tierra, es el área donde podemos ligarnos, unirnos, sin diferencia. La vinculación entre subjetividad y creatividad facilita el fluir a través del ciclo de la experiencia durante nuestras vivencias, aumentando la capacidad de tomar conciencia de la propia situación vital, respecto a uno mismo, a los otros y a la sociedad.

 

Para Zinker, la tarea del terapeuta es como la del artista que conoce su oficio y se entrega como persona curiosa, con sentido del humor, sensible a lo estético, que le interesan los misterios de la vida y que siente un inmenso respeto por los demás. El terapeuta creativo aporta el ambiente, y la atmósfera rica y densa dentro de la cual la integridad de una persona pueda realizarse más plenamente. El profesional facilita un medio, un ensayo para que el paciente despliegue su “locura”, esa forma por la que se conforman nuestras vidas; y así que busque el sentido propio a su vida, más allá de la salud y de la enfermedad. Y ambos procuran que la sociedad que cambia acepte lo diferente, lo loco, que lo distinto real pueda integrarse en lo cultural.

 

Como la creatividad lleva a sobrepasar los órdenes establecidos, ¿de dónde proceden los impulsos que impelen a la innovación, la renovación y el cambio?, podemos responder desde dos puntos de vista:

 

1-                La creatividad es una forma de resolver un problema que surge de una situación de carencia o de necesidad. Facilitando la autoconservación, la seguridad y la autorreproducción de personas, sociedades y sistemas; se trata de sobrevivir.

 

2-                La creatividad como una responsividad, es decir, el conjunto de aquellas reacciones nuevas de nuestros sentidos que se producen como ocurrencias inevitables inspiradas por la intuición, que nos cogen por sorpresa, y que nos permiten pasar del nivel de concepto al de acto.

 

Fundamentalmente es por estas dos vías de manifestación que tomamos conciencia de la creatividad que expresamos, de la que ponemos en juego en los asuntos que vivenciamos, es decir de nuestro potencial de ser. Cuando transitamos por alguna de estas vías de comprensión en la terapia decimos que ha ocurrido un “insight”, o que se produce el darse cuenta que aporta una nueva percepción del asunto focalizado, resolviendo las gestalten inconclusas alcanzando el darnos cuenta de que hay otras formas perceptivas distintas de las que repetimos habitualmente.

 

Quizás sea cierto que la locura y la creatividad se dan la mano, pues comparten muchos aspectos y cualidades, la primera como forma de reencauzar la vida y la segunda como forma de expresarla y recrearla.   Y quizás, podemos decir que la diferencia entre la “locura” que produce malestar y el placer de vivir, se encuentra en la capacidad de expresarnos libre y creativamente, en todos y cada uno de los momentos y procesos por los que atraviesa nuestra vida.

 

Quiero terminar con unas palabras que pretenden rescatar la existencia de la locura como parte integrante y necesaria de la vida humana:

 

“Para empezar, ¿qué puede haber más agradable o más precioso que la vida misma?. ¿Y a quién se puede atribuir el origen de ésta con más propiedad que a mí?.

 

...La condición más decisiva de la felicidad, consiste en que uno sea aquello que quiere ser.

 

... ninguna gran acción es emprendida, si no es por impulso mío, y que ningún saber notable ha sido adquirido, que no se debiera a mi iniciativa.

 

... Hay otra locura, la que procede de mí y que es, con mucho, la más deseable de todas. Suele manifestarse como un cierto gozoso desvarío que libra el espíritu de preocupaciones angustiosas y lo perfuman con variados placeres.

 

... Pero si este tipo de locura , como suele ocurrir, tiene tendencia a lo placentero, proporciona entonces un deleite nada despreciable, sea a los que están poseídos por ella, sea a los que le prestan atención, aunque éstos no por ese motivo estén locos.”

 

ELOGIO DE LA LOCURA. Erasmo de RÓTTERDAM.

 

 

 

 

 


Inicio -- Documentos