BILLY ELLIOT (quiero bailar)
Por Juan José Díaz
Psicólogo y psicoterapeuta
La película Billy Elliot se realizó en el año 2000. Aunque ya no aparece en la cartelera habitual está editada en DVD y puede verse fácilmente. Tiene un subtítulo “Quiero bailar” y es lo que sintetiza la idea nuclear de la película: el gusto, el propósito, la voluntad, …por bailar.
Billy Elliot es un niño de once años y la película cuenta su iniciación a la danza. El ambiente es una población del norte de Inglaterra, en 1984, época del comienzo de la crisis económica que afectó devastadoramente al sector minero.
La depresión económica es uno de los telones de fondo de la película: el ahorro preventivo, el comienzo de la escasez, la aparición de necesidades básicas sin cubrir, etc. Y junto a esto, el mundo laboral de los mineros, sumidos en un conflicto de grandes dimensiones en el que los trabajadores, algunos de ellos con fuerte actividad sindical, se enfrentan entre sí en dos bandos: el de los que promueven la huelga como modo de presionar a la industria minera y el de los que por necesidad económica continúan en el tajo y son atacados como esquiroles por sus propios compañeros. En otra dimensión, esta crisis económica que tuvo un eje en el sector minero desveló la fragilidad del estado de derecho, señalando la fuerte oposición entre la defensa del puesto de trabajo mediante la huelga y la brutal represión del poder del Estado por medio de la policía.
En este ambiente, marcado por la escasez, el conflicto entre iguales, la irritación y el malestar en el ámbito doméstico, la vigilancia policial con su presencia en las calles, es donde surge una historia sobre el arte y la libertad del movimiento.
En este entorno tenso, endurecido, incluso violento, la historia nos presenta la dimensión de una familia de hombres: nuestro protagonista Billy, su hermano mayor ya adulto y su padre. Al hermano le gusta el rock duro y es activista sindical de acción; al padre le gusta el boxeo, como a su propio padre cuyos guantes, como un testigo familiar entre hombres, le regala a Billy para que vaya a clases al gimnasio donde entrena a chavales un compañero de trabajo y amigo.
La dimensión femenina está disminuida: la madre, que tocaba el piano e iniciaba a Billy en la música, falleció; la abuela, que en su juventud dejo a medias una vida de bailarina, vive ahora en esa familia de hombres, entrada en la demencia senil, necesitando cuidados y vigilancia, que le son encomendados a Billy.
Así que ahí está el cuerpo de un niño de once años viviendo en un entorno varonil duro y abocado al deporte de combate. Sin embargo, ese cuerpo es muy volátil, ligero, saltarín. En la casa, con las tareas domésticas, cuando corre al colegio, cuando salta por las tapias, etc, Billy se mueve por el espacio con soltura, espontáneamente, investigando con las posibilidades que su cuerpo, los objetos y la gravedad le proporcionan.
Por otra parte, en el ring se mueve, salta, pero no como una técnica de baile de boxeo al servicio del combate. Billy no golpea, solo se mueve y el entrenador, un hombre maduro, grande y algo rudo, se lo recrimina y le castiga a dar puñetazos al saco. Billy no pelea como un hombre.
La historia nos presenta tres protagonistas más que compensan el universo masculino y varonil de Billy.
Por un lado su amigo del colegio, con quien comparte juegos e intimidades y con quien mantiene una relación sin definición sexual clara; su amigo es guapo, blando, amable y sensible. La cercanía entre ambos llega a momentos de contacto, personal e incluso físicos, que no se ajustan a lo común en la relación heterosexual, incluso en niños preadolescentes.
En cierto momento de frustración de Billy con el boxeo, descubre que al mismo gimnasio donde entrena se han trasladado unas niñas que hacen ballet con una profesora. El, aburrido, se queda mirando, algo curioso, algo asombrado, algo interesado. Una niña le anima a incluirse y la profesora lo acepta, incluso lo anima a volver.
Esa niña, será otro personaje que influye en Billy. Hija de la profesora es una niña un poco más avanzada que Billy en el descubrimiento de los modales sexuales. Pero Billy aún es torpe en eso y además no se interesa demasiado.
La profesora, una mujer madura, combina un talante algo erotizado con una férrea disciplina en la sala de baile. Surge así una relación en que Billy contacta con la mujer madura, que le cuida, le anima, le exige y no es su madre. El tacto es firme, de instructora de baile; sus ojos le miran moverse, le refuerzan o le frustran. Le muestra afecto y apoyo, pero no hay espacio para la ternura.
Billy va descubriendo la atención a su cuerpo, el sentido de la postura, las formas elegantes y armónicas, el abarcamiento del espacio. Y el orden, el canon, el esfuerzo por dominar el movimiento espontáneo.
Poco a poco Billy va incorporando el baile a su vida y esto le da un nuevo movimiento vital, una dirección, una firmeza. Pero su vida está aún fragmentada y en conflicto. En un momento determinado, su padre le descubre por azar entre un montón de niñas con tutú y esto es un duro golpe para ambos. Para el padre, sus expectativas frustradas: su hijo no llevará los guantes de la familia, no pelea, no juega al fútbol, no hace lo que hacen los hombres. Quizá tiene un hijo marica y eso amenaza además su orgullo varonil entre amigos. Por otra parte, Billy se ve sometido, privado de lo que le gusta, obligado a ser lo que no sale espontáneamente de él. Pero es un niño, y acepta. Su danza vital se para.
La trama nos lleva por diversas situaciones que desenvuelven los aspectos mencionados hasta ahora. En un salto me voy a comentar el momento en que la profesora lleva a Billy a encontrar su danza única, su danza personal. En ella trae objetos personales, una carta de su madre, un balón de fútbol, etc... Desde ahí, desde lo que ha sido y es, desde sus conflictos y desde sus expectativas, encuentra un movimiento único y personal, el suyo.
La historia va tomando un cauce impulsada por la propuesta de la profesora de que Billy vaya a estudiar a Londres, a una importante institución de ballet. Empieza la dimensión de la lucha por el éxito. Y lo que esto supone para la familia, que no ven con buenos ojos la intromisión de esa señora profesora en su vida. Billy debe seguir en su casa, haciendo aquello que le corresponde y no perder el tiempo y el dinero en fantasías y desatinos, más bien caprichos de una profesora.
Más tarde, Billy será sorprendido de nuevo por su padre bailando. Esta vez Billy está a solas con su amigo, a quien ha llevado a ver el gimnasio y a enseñarle como baila. El amigo le pide que se ponga un tutú y Billy accede. En ese momento aparece el padre. Y planea la sombra de la tragedia: definitivamente, su hijo es marica. Pero Billy le hace frente sin pelear. Se quita el tutú y empieza a bailar, con un zapateado, entre afirmación personal, protesta y reminiscencias de bailes tradicionales. La danza se despliega, Billy se revela y se afirma en sí mismo, su movimiento es enérgico, contestatario, etc.
El padre sale disparado y poco después vemos el cambio que ese encuentro ha desencadenado. El padre comprende que tiene un hijo con valor propio, que sea o no homosexual eso no importa, que el baile sea o no un oficio para un hijo de un trabajador de la mina no importa, que los guantes de boxeo se queden colgados no importa, que los planes de la profesora de que Billy vaya a estudiar danza a Londres sí importan, que su hijo sea un genio sí importa, que su vida está aún por hacerse sí importa, que liberarse a su manera de la esclavitud de la mina y de la represión del Estado sí importa, que su cuerpo quiere bailar sí importa.
Así la historia toma un giro, el padre y el hermano le apoyan, los amigos de la resistencia sindical le apoyan, la abuela le deja partir quedándose en su soledad, el amigo querido le deja ir, y la profesora cuya misión fue ponerle en movimiento lo deja continuar solo, con otros, en su danza infinita.
La película integra los tutúes de ballet con los guantes de boxeo. Lo masculino con lo femenino. La lucha social con la lucha individual. Y también El Lago de los Cisnes con la música de T-Rex, The Jam, The Clash, y otros grupos de rock.
Un, dos, tres, y... comienza el movimiento.
Ficha técnica
Título Original: Billy Elliot
Nacionalidad: G.Bretaña, 2000
Director: Stephen DALDRY
Guión: Lee Hall
Fotografía: Brian Tufano
Coreografía: Peter Darling
Producción: Greg Brenman y Jon Finn
Reparto: Julie Walters (Sra. Wilkinson), Jamie Bell (Billy Elliot), Jamie Draven (Tony Elliot),
Gary Lewis (Padre), Jean Heywood (abuela),Stuart Wells, Mike Elliot, Janini Birkett
Publicado en la Revista Universo Holístico